La religión le mete un gol a los derechos humanos

 La mujer que en 2013 lideró la Gran Procesión del Santo Chumino Rebelde en Málaga, cuyos fines eran reivindicar el feminismo mediante un acto indudablemente provocador y protestar contra la contrarreforma retrógrada de la ley del aborto que propuso el entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha sido condenada a una multa de 10 euros diarios durante nueve meses. Aunque la Asociación de Abogados Cristianos cosecha su enésimo ridículo, dado que la acusada ha sido absuelta del delito de provocación a la discriminación, al odio y la violencia, es una mala noticia que en este país algunos juzgados antepongan los sentimientos religiosos a los derechos humanos.

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