Cuando Vox deja de reír

Puede criminalizar a menores migrantes contando mentiras y privándoles del amparo legal al que tienen derecho. Puede faltar a la verdad asegurando que las Trece Rosas torturaban, mataban y violaban vilmente. Puede negar la violencia machista, expulsar las manifestaciones del colectivo LGTBI lejos de las calles, falsear las cifras COVID en el mismo Congreso o querer ilegalizar a los partidos políticos contrarios a su extremismo, lanzándoles todo tipo de acusaciones infundadas... pero si una revista satírica ejerce su función e ironiza con sus militantes, el grosor de la piel de Vox adelgaza en tal medida que se da por agredido, agraviado en tal extremo que todo parece poco para los autores de tamaña afrenta.

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