Los taxis voladores, casi listos para despegar


Los modelos de movilidad están cambiando, especialmente en el ámbito urbano. Con una concepción del medio de transporte entendido como servicio más que como propiedad, entre los conceptos de micromovilidad y minimovilidad se deja entrever ya el de movilidad aérea urbana avanzada (UAM, por sus siglas en inglés). Los coches voladores que de pequeños nos prometieron para el 2000, quizás, están más cerca de lo que pensamos.

El McKinsey Center for Future Mobility (MCFM) ya percibió antes de la pandemia un repunte en la financiación que se movía en el sector de la micromovilidad compartida, especialmente en lo que a bicicletas eléctricas, ciclomotores y patinetes eléctricos se refiere. Sólo entre 2015 y 2019, se invirtieron casi 7.000 millones de dólares en este mercado. Es la llamada micromovilidad, que sobre todo con los patinetes ha puesto en jaque a los legisladores y al diseño mismo de las urbes.

Otro segmento que cobra fuerza es el de la minimovilidad, que se levanta sobre la base de vehículos eléctricos de tres y cuatro ruedas en los que pueden caber una o dos personas. Con un peso medio de entre 100 y 500 kg y una velocidad punta de 25 a 90 km/h, en función de la legislación local, podría decirse que es la opción que se encuentra entre los automóviles y las bicicletas.

Por otro lado, hablar de nueva movilidad nos lleva directamente a los vehículos autónomos sin conductor, como los robotaxis, a los que a principio de año dedicamos un artículo. En esta línea y aunque no ha sido ampliamente publicitado para el público general, comienza a moverse mucha inversión en la movilidad aérea urbana a través de los aviones eléctricos de despegue y aterrizaje vertical (electric Vertical-Take-Off-and-Landing, eVTOL). En 2021, llegó a mover 6.900 millones de dólares, frente a los 3.000 millones del año anterior.

Compañías como SITA, proveedor de servicios TI para compañías aviación, están convencidas de que para 2032 los taxis voladores serán una realidad, estando presentes en los aeropuertos internacionales. Según su visión, únicamente prestarán servicios auxiliares en el marco aeroportuario. Sin embargo, hay quienes tienen una visión muy distinta, concibiendo este modelo dentro de las mismas ciudades. No sorprende que, según McKinsey, el 72% de los 25 principales fabricantes independientes de aviones, así como el 64% de los 25 proveedores más grandes estén ya participando en algún tipo de iniciativa de movilidad aérea avanzada, hablándose ya, incluso, de certificaciones a medio plazo.

Llegan los vertipuertos

Gracias a sus reducidas dimensiones y a su capacidad para despegar y aterrizar de manera vertical, la construcción de infraestructuras necesarias para el funcionamiento de estos taxis voladores se simplifica. Son los denominados vertipuertos, de los que ya existe alguna prueba piloto, como el Air One de la británica Urban-Air Port en Coventry.

Otra experiencia interesante es la llevada a cabo en el aeródromo francés de Pontoise, apenas a 50 km del centro de París, que ha reunido al operador Group ADP, el fabricante alemán de eVTOL Volocopter, la británica Skysports y la propia SITA. Los planes pasan porque para los Juegos Olímpicos de París 2024 ya esté operativo y sea posible transportar pasajeros entre París y Versalles, los aeropuertos Charles de Gaulle y Le Bourget y la orilla del río Sena en el Quai d'Austerlitz.

Entre los servicios que podrían a comenzar a prestar los vertipuertos cuando sean una realidad destacan:

  • Intracity (dentro de la ciudad). Correspondería con lo que se conoce como los aerotaxis o taxis voladores, prestando servicio a rutas de menos de 50 km en el área metropolitana.
  • Intercity (entre ciudades). Podría cubrir hasta distancias de 300 km, especialmente indicado para aquellas rutas que no están bien conectadas. Si en el futuro la autonomía de las baterías eléctricas mejora podrían cubrirse distancias superiores.
  • Intra-airline (entre aerolíneas). Este servicio ya está en el punto de mira de aerolíneas como American Airlines, Delta, United Airlines o Japan Airlines, facilitando el tránsito entre conexiones.

Ferrovial se mueve

La compañía Ferrovial, cuya junta de accionistas recientemente aprobó su marcha a Holanda justificándolo para poder cotizar en la Bolsa de EEUU, hace años que apunta en esta dirección, aprovechando su experiencia como operador de infraestructuras como los aeropuertos británicos. En 2021, Ferrovial anunció un acuerdo con el estudio internacional de arquitectura Grimshaw y la consultora global de ingeniería, gestión y desarrollo Mott MacDonald para desplegar una red de más de 25 vertipuertos en Reino Unido, proyecto aplaudido por el fabricante británico de eVTOL Vertical Aerospace, cuyo modelo VA-X4 para cuatro pasajeros ya ha sido seleccionado por Virgin Atlantic para su futuro servicio de aerotaxi.

El mes pasado, sin ir más lejos, Ferrovial también hizo pública su alianza con el fabricante de eVTOL Eve Aire Mobility para desarrollar conjuntamente un sistema seguro y confiable de vertipuertos y eVTOL. Dentro de este acuerdo, los ojos de la compañía que se muda a Ámsterdam se posan en el software Urban ATM de Eve Air Mobility con el que se persigue la integración de todos los usuarios del espacio aéreo en el entorno urbano. Se trata, pues, de un primer paso para ir derribando las barreras regulatorias que dificultan la llegada de esta movilidad aérea en las ciudades.


 

En el caso de España, antes de anunciar su marcha, la compañía ya había iniciado conversaciones con los ministerios de Industria y de Transición Ecológica para desplegar una red de más de 20 vertipuertos 100% sostenibles que estarán conectados entre sí, si bien la viabilidad financiera estaba sujeta al acceso al programa de Fondos de Recuperación Europeos.

Si se mira a EEUU, donde Ferrovial ansía comenzar a cotizar –podría hacerlo ya en el segundo semestre del año-, la multinacional también ha movido fichas. En 2021, firmó un acuerdo con la compañía de aviación eVTOL Lilium comprometiéndose a construir al menos diez vertipuertos en Florida para 2025. Según el anuncio, esta infraestructura y servicios de cero emisiones de carbono cubrirán ubicaciones estratégicas en todas las principales ciudades de este estado.

A medida que se acerca la posibilidad de cotizar en EEUU, Ferrovial pisa el acelerador. De este modo, a principios de febrero, nombró a Caryn Moore Lund vicepresidenta de Políticas Públicas y Relaciones Gubernamentales de su negocio de Vertipuertos con el objetivo de que sea ella quien supervise las estrategias de políticas públicas y las relaciones gubernamentales a nivel federal, estatal y local. Este fichaje era, precisamente, la responsable de Asuntos Públicos en su socio Lilium Aviation.

Según apuntaba a finales del año pasado Kevin Cox, consejero delegado de Ferrovial Vertiports, lo que marcará los plazos para la construcción de los vertipuertos será el desarrollo de los eVTOL, cuya certificación regulatoria, en su opinión, podría producirse en el plazo de 18 a 24 meses. “Cuando la aeronave esté disponible, diseñaremos y construiremos la infraestructura. Tenemos previsto construir redes de vertipuertos a lo largo de Estados Unidos y Europa, y hemos iniciado el análisis de lugares, así como su negociación y obtención”, afirmó Cox. En la estrategia de Ferrovial, estos vertipuertos buscarán integrarse con el paisaje urbano, buscando el objetivo de cero emisiones de carbono y disponiendo de entre dos y ochos stands, en función de la demanda.

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