La madeja de Threads enreda a Musk

 

Choque de trenes: Mark Zuckerberg y Elon Musk, Meta versus Twitter. Ese es el escenario resultante tras el lanzamiento esta semana de Meta Threads, la alternativa a Twitter que parece haber arrinconado a Mastodon. El momento para el lanzamiento no podía haber sido mejor elegido, justo unos días después de que el volátil Musk soliviantara a la comunidad tuitera con su amenaza interruptus de limitar el número de lectura de tuits. Un desbarre más que está colmando el vaso de la paciencia de los usuarios y usuarias de la red del pajarito. La batalla acaba de empezar.

11 años después de haber dejado Twitter, Zuckerberg regresaba para lanzar un meme que ironizaba tras haber lanzado su envite a la red de Musk. El estreno de Meta Threads ha sido espectacular, a pesar de no estar disponible en Europa. En apenas siete horas, la nueva red social registró 10 millones de usuarios, lo que no implica necesariamente que se haya consumado ya una fuga de tuiteros. Para el mediodía de ayer jueves, más de 30 millones de usuarios de Instagram habían importado su configuración a la nueva red social.

El objetivo no es comenzar a monetizar la red, algo con lo que está obsesionado Musk, hasta sentar el camino hacia los 1.000 millones de usuarios. Por dimensionar, se cree que Twitter ronda actualmente los 200 millones de usuarios activos –desde que es propiedad privada de Musk no revela números-, Mastodon unos 1,5 millones y Bluesky, lanzada por el cofundador de Twitter Jack Dorsey, alrededor de 50.000 usuarios. Meta, por su parte, ya disfruta de más de 3.000 millones de usuarios sumando sus tres aplicaciones estrella Facebook, Instagram y Whatsapp. De hecho, el modelo de negocio de Threads se encuadrará dentro de ese fediverso, esto es, una suerte de federación de aplicaciones que comparten reglas de comunicación.

Los prescriptores juegan aquí un papel esencial y Zuckerberg es muy consciente de ello. Ya no es sólo que haya sabido atraerse a famosos como el chef Gordon Ramsay, el actor Zac Efron o la misma Shakira, sino que también hay marcas como Spotify, Netflix, Airbnb o Marvel Studios que se han subido al barco de Threads. En cuanto a los medios de comunicación, CBS o Vogue tampoco han querido perderse el estreno y ya andan enredados con sus hilos.

El magnate de Tesla parece no querer dirimir la batalla en el ciberespacio, trasladando la pugna a los tribunales. Todavía es sólo una amenaza, pero ya planea la sombra de acciones legales contra Threads por espionaje industrial. Al parecer, la compañía de Musk acusaría a Meta de haber fichado a exempleados de Twitter –tras los despidos masivos tenía donde elegir- que habrían compartido con su nuevo destino secretos comerciales y propiedad intelectual.

Desde Meta no han tardado en responder, rechazando las acusaciones al negar que haya miembros en su equipo de ingeniería que procedan de Twitter. Las explicaciones no satisfacen a Musk, que ya ha tuiteado que "la competencia está bien, las trampas no". Aunque el multimillonario de Tesla es impredecible, lo cierto es que la amenaza de una demanda no parece tener demasiado peso, más aun considerando que esta misma semana exempleados de Twitter preparan una demanda colectiva contra su antiguos empleados por no haber pagado los honorarios del arbitraje de cerca de 900 litigios que tienen en marcha.

A pesar del fulgurante estreno de Threads, Meta aún tiene que afrontar una carrera de fondo no exenta de obstáculos, toda vez que su gran apuesta del metaverso no ha cuajado y, de hecho, ha desmotivado a los inversores, y ha tenido que despedir a varias decenas de miles de trabajadores. Por si esto no fuera poco, la privacidad también es un hándicap y, de hecho, es uno de los motivos por los que no ha podido lanzarse en Europa, donde la Unión Europea cuenta con una legislación más restrictiva que la de EEUU.

Aunque todavía no se vaya a lanzar a monetizar la red, la potencial recopilación de información de los usuarios, tanto de su actividad digital como de ubicación, salud, contactos, historiales de búsqueda, finanzas… ha encendido las luces de alarma. El llamado microtargeting de publicidad conductual que realiza Meta ya se topó este año con una sanción en Europa de 390 millones de euros por violar el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) tanto con Facebook como con Instagram. No son las primeras multas y, presumiblemente, no serán las últimas. Hasta enero de 2023 acumulaba sanciones de la UE por valor de casi 750 millones de euros y sólo en el inicio del año recibió multas por valor de más de la mitad del total de 2022. Cinco meses después, una nueva vulneración del RGPD por el flujo de datos personales entre Europa y EEUU le valdría una multa récord de 1.200 millones de euros.

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