Controvertida denuncia de acoso escolar

Hace una semanas seguí un caso de supuesto acoso escolar en Extremadura. Entonces, por lo controvertido del tema y por la guerra de declaraciones que se producían, no encontró espacio para su publicación. Hoy reproduzco aquí ese artículo:

opta por educar a su hija en casa

Desde el pasado mes de octubre, la hija de Manuel Rodríguez no acude a la escuela. Esta fue la solución que encontró su padre ante el acoso escolar que entendía que sufría su hija de once años en un colegio de de Villafranca de los Barros (Badajoz). “Un día antes del inicio de las clases tuvimos que ir a urgencias ante el cuadro de ansiedad que presentaba y, ya en el hospital, nos dijo que no quería ir al colegio”, señala Manuel Rodríguez.

Según comenta el padre, desde el colegio se ha ignorado la situación de trastorno de déficit de atención que sufre la niña, aislándola, “habiéndole tenido que cambiar la medicación prescrita por su psiquiatra infantil de la Seguridad Social”. El padre explica que, “desde que no va al colegio y estudia en casa, no sólo los informes del psiquiatra han mejorado sino que se ha echado una amiga rumana, a la que también discriminaban”. Rodríguez niega propiciar el absentismo escolar de su hija -“más bien alejarla del conflicto”-, y reclama que sea evaluada para poder pasar de curso.

Algo improbable, según apunta Alonso Morán, director del Colegio Público José Rodríguez Cruz, en el que la niña tendría que cursar sexto de primaria, que no contempla esa posibilidad por el absentismo escolar que ha tenido lugar. Tanto es así, que el propio Rodríguez asegura haber sido expedientado por abandono por parte de la Junta de Extremadura.

Y es que la versión de Morán es radicalmente opuesta a la ofrecida por el padre. Según el director, “el padre ha montado un circo mediático ante un problema que no existe, puesto que la niña es tímida, muy callada, pero de sobresalientes”. Morán relata que, tras las primeras reuniones con el padre, los orientadores y educadores del centro optaron por no cambiar a la niña de clase puesto que detectaron en ella una timidez extrema y dificultades para socializar, “por lo que lo más conveniente era un grupo de referencia estable”. En su lugar, montaron un taller para ayudar a la alumna a relacionarse con sus compañeros, pero “el padre pone en duda constante la labor de los profesionales, hasta el punto de que ni siquiera ha asistido a reuniones posteriores”. Extremo éste, que niega rotundamente Manuel Rodríguez mientras el director afirma “haber seguido a rajatabla todos los protocolos de actuación”.

Caso recurrente
El caso es muy conocido en la localidad extremeña pues se repite y encuentra sus antecedentes en el Colegio Público Santa María de la Coronada, en el que la alumna cursó estudios hasta hace un año. Fuentes de este colegio, cercanas al caso, señalan que “el problema no radica en la niña, sino en la familia, pero es en el colegio donde se manifiestan todos estos problemas”. Esas mismas fuentes aseguran que “desde la Consejería de Educación se han prestado todos los medios a su alcance para solucionar el tema, de modo que no se puede tirar por tierra a la comunidad educativa”.
El padre niega esta disposición, habiendo llegado a encadenarse en la Consejería de Educación hace dos años, declarándose en huelga de hambre. Rodríguez, que lleva un año de excedencia para poder hacerse cargo de los cuidados de su hija, asegura haber escrito durante todo el proceso más de 2.000 cartas a diversas instituciones, así como disponer de grabaciones telefónicas y más de 400 páginas de documentos oficiales digitalizados.

Separar al agresor, no a la víctima
La doctora Sonia Ruiz, desde el Colegio Oficial de Psicólogos de Extremadura, señala que “en los casos de acoso escolar tiende a separarse a la víctima, cuando en realidad debería separarse al agresor”. Desde su punto de vista, “los niños con déficit de atención son blanco fácil de las burlas de sus compañeros y no siempre es fácil detectarlo”. Es preciso reaccionar a tiempo ante síntomas de ansiedad o miedo a acudir a la escuela, contrastando las historias con el profesorado. Si bien la doctora Ruiz asegura que “es normal que los síntomas de la niña hayan mejorado desde su ausencia al colegio”, también puntualiza que “a largo plazo, no es beneficioso para atajar la situación y cuanto más tiempo pase sin escolarizar, más duro será el regreso”.