El hombre introduce al menos 200 nuevas especies en la Antártida

Hoy podría escribir sobre el inquietante avance de la derecha en Europa, pero creo que no hay mucho más que pueda aportar yo a la amplia cobertura que todos los medios, con terlulianos incluidos, están realizando. Tan sólo un apunte: ¿se han fijado que casi todos los tertulianos lucen un impresionante bronceado? Qué curioso, con la de horas que deben de pasar encerrados entre periódicos, enciclopedias y el portátil, informándose para poder opinar igual sobre el impacto de las política económica de cara al desempleo que sobre el último posado de Ana Obregón.

En su lugar, abordaré otra cuestión, también inquietante, a la que hago hoy referencia en Público. Hablo del impacto que está teniendo la mano del hombre en la Antártida, más allá incluso de los efectos del calentamiento global. Sólo el dato de que podríamos haber introducido al menos 200 especies en el continente blanco abruma. Y esas son las documentadas e identificadas, pero Peter Convey, investigador del British Antarctic Survey, alarma sobre el hecho de que "tenemos un gran desconocimiento del continente, por lo que podrían ser muchas más".

Muchas de estas nuevas especies son microbios que no existían antes en la región y cuya extinción ahora es prácticamente imposible. Se trata de especies que pueden introducir nuevas funciones biológicas y agentes patógenos que podrían poner en peligro a las autóctonas. Se dan circunstancias curiosas, como el hallazgo de varias plantas de Salvia -en la imagen- en la Isla Decepción, típica de Sudamérica, y que debido a la falta de métricas y estudios más exhaustivos de la Antártida se desconoce si llegó por si sóla o es fruto de la inconsciencia del hombre.

Curiosamente y a pesar de que la cifra es de 5.000 investigadores frente a cerca de 60.000 turistas (entre los registrados oficialmente, las tripulaciones de los barcos y los visitantes que llegan por su cuenta), es la comunidad científica la que más impacto tiene en el continente.

La necesidad de nuevas medidas, más rigurosas, que regulen el turismo se antojan críticas puesto que de la conservación de la Antártida depende en gran medida la regulación del clima en el Planeta. Los expertos aconsejan el modelo del Parque Nacional Galápagos.

Curioso también el dato que aporta Ramón Farreny, investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona, que advierte de cómo tiende a obviarse el impacto del viaje hasta la Antártida desde el país de origen del turista. Según los cálculos realizados por su equipo de trabajo, “las emisiones de CO2 de este traslado podría suponer una media de 4,5 toneladas por turista, lo que significa que podría dar la vuelta al mundo en coche tres”, indica Farreny, matizando que “un español emite de media al año 10 toneladas de CO2”.

Por este motivo, Farreny enfatiza la necesidad de incorporar nuevos indicadores en la cuantificación del impacto medioambiental del hombre. Es el caso de las emisiones de óxidos de azufre, de nitrógeno y de partículas de combustión, la contaminación acústica, los residuos en las playas o los vertidos de combustible en las bahías, como es el caso de los Fuelles de Neptuno por donde entran los buques a la Isla Decepción.
Next Post Previous Post

3 comentarios

  1. turistas, turistas, turistas, somos una gran amenaza mundial.... y lo peor esque lo sabemos.
    no cres??

    un saludo

    ResponderEliminar
  2. Desde luego... parece que la única manera de que no terminemos fastidiándola es, o subir los precios desorbitadamente, o tomar medidas coercitivas. ¡Qué cosas!

    ResponderEliminar
  3. no me interesa eso yo solo quiero saber las especies que introdujo el hombre...tan difisil es poner unos nombrecitos de animales con el fin de fasilitar nuestra tarea????

    ResponderEliminar