Hilo directo con Honduras (XLII)

Una nueva entrega, directamente desde Honduras (Olanchito), a pie de calle. Esto es lo que me cuentan:

EL PACIFISMO DE MEL Y EL JINGOISMO DE MICHELETTI

Mel Zelaya ha mostrado una actitud de paz durante todo su periodo presidencial desempeñado y después de dicho periodo. Micheletti ha mostrado mala fe ponzoñosa que destila con sus vivezas de ratón eunuco al dilatar la inevitable salida del poder.

Roberto Micheletti Bain ha silenciado manu militari las emisoras que le antagonizaban sus políticas ignorantes; ha limitado a la resistencia por la fuerza de las armas y creen que el fragor del pueblo se acabó y se terminó; cree que con el tambaleante de un equipillo valeroso y chiripero hará olvidar al pueblo-pueblo el nudo gordiano que tiene enfrente: la constitucionalidad. Todo lo simplifica en unas elecciones amañadas como jamás vistas por su trasparencia y que a través pagará el favor al candidato querido de Roberto Micheletti.

Mel por su parte sujeta al pueblo-pueblo a mantenerse pacífico, que aguante los golpes, los toletazos, las humillaciones y vejámenes para triunfar por medio de la palabra y la ley. Si Mel actuara con violencia –el pueblo-pueblo ya la pide– sería igual al dictador de marras, que es lo que él quiere para hacer un cagadal en Honduras y consolidarse en el poder o concluir de un solo esa pesadilla.

Micheletti, parte de la oligarquía golpista, Romeo Vásquez y los militares que lo siguen, derogaron, en papel, la ley mordaza para que el mundo creyera que esa ley ya no existe, pero para ser legítima dicha derogación tiene que ser publicada en el diario oficial La Gaceta y eso no ha sucedido. Ya pasó más del 50% de los supuestos 45 de la ley mordaza y Honduras sigue con la espada de Damocles sobre la testa. Ya el pueblo hondureño está sicótico de tanta incertidumbre.
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