Cómo cocinar un Cristo

No me puedo resistir a escribir unas líneas sobre el juicio al que está siendo sometido Javier Krahe por un vídeo creado en 1978 y emitido en el programa Lo+Plus en 2004. En el vídeo se muestra cómo cocinar un Cristo (ver más abajo) y supone toda una provocación, aunque no deja de ser una expresión artística de este cantautor irreverente.

La demanda fue interpuesta por el Centro Jurídico Tomás Moro (CJTM), una organización jurídica ultracatólica que con esta demanda se aleja un tanto de su primer fin, que como su propia web indica es "la defensa de la dignidad de la persona, de la familia y de los derechos humanos, y en especial la protección del derecho a la vida del nasciturus y del embrión humano".

Si uno rastrea la página web del CJTM, podrá comprobar cómo no se menciona ni una sola vez -y mucho menos se condena- ningún caso de abuso de menores por partes de sacerdotes católicos, como tampoco el consentimiento de éstos por parte del Papa cuando aún no lo era. Al mismo tiempo, en uno de sus documentos se atreve a asegurar que "es una lástima que la protección universal de los derechos del niño, que está lejos todavía de convertirse en una realidad, sufra tan importante retroceso con la actitud de gobiernos como el español", en referencia por la ley del aborto. La defensa del niño se ha de extender más allá de los meses de gestación, de otro modo parecería que tan sólo se prepara la cantera.

La defensa de los sacerdotes decentes y honestos -que imagino que los hay y muchos, al margen de que sus creencias se encuentren a años luz de las mías- comienza por la autocrítica, no por esconder los garbanzos negros y, mucho menos, por defenderlos. Eso, sencillamente, convierte en cómplices.

En cualquier caso, tienen gracia estos jucios que tratan de castigar la emisión de un vídeo y lo que consiguen en realidad es un efecto multiplicador que hace que gente, incluso que lo desconocía, lo vea y contribuya a la viralidad. Me pregunto si las mentes pensantes del CJTM nunca se lo plantearon. Ahora, ya, es demasiado tarde.

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4 comentarios

  1. David, llamar expresión artística a eso es dejar el arte a la altura del betún, pero ¡en fin!, para eso está la libertad de expresión...

    ¡Que tengas un buen día!

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  2. Bueno, yo creo que es una crítica ácida a la religión católica realizada por un artista, como es Krahe, de un modo extremadamente original. El arte no lo es tanto por el aspecto como por lo que hay detrás, pero como tú muy bien dices, es cuestión de opiniones. En cualquier caso, creo que el betún está infravalorado.
    ¡Buen día!

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  3. Perdona pero, estoy con el amigo Anónimo. A cualquier cosa llaman arte. Esto me parece una salida de tono para llamar la atención. Hay gente que tiene que hacer estas cosas para poder vivir o para tener el nivel de protagonismo que buscan y que no pueden conseguir con una actividad que esté dentro de los cánones establecidos.
    Seguro que si este hombre sale en pelotas corriendo por la Gran Vía álguien lo consideraría como arte. Yo, simplemente, como una estupidez.... Pero, son opiniones....

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  4. Bueno, el problema aquí radico en lo que entendemos cada uno por 'arte'. Me acojo a la RAE: "Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros".

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