Papá Estado quiere dejar de fumar

El 24% de la población española fuma. Un mal vicio, sin duda, pero ¿acaso hay alguno bueno? Arrancamos el nuevo curso con la polémica ley que presumiblemente entrará en vigor y que prohibiría fumar en cualquier espacio público cerrado. Esta propuesta ya es de por sí controvertida pero, si además le sumamos las posibles limitaciones que también tendrían lugar al aire libre, ya es el acabose.

El ministerio de Sanidad baraja prohibir que se fume en los parques infantiles y en las inmediaciones de hospitales y colegios. No sé si es por el relajo vacacional o, sencillamente, porque aún creo en la libertad individual, pero esta limitación me parece una intromisión inadmisible por parte del Estado. ¿Qué mal se hace al fumar al aire libre, donde los humos se esparcen sin molestar a nadie? ¿Qué será lo siguiente? ¿Que si tienes hijos y fumas en casa, Asuntos Sociales te puede quitar la patria potestad?

A veces parece que el Estado quisiera 'cuidarnos' de más y, en realidad, nos perjudica. Las prohibiciones en torno al tabaco se están convirtiendo en excesivas, resultando incluso ridículas hasta el punto de que tendría ya más sentido ilegalizar el tabaco. ¿Exagerado? Bueno, no crean. Si eres fumador, ya sólo puedes fumar con tranquilidad en tu casa, en el campo y poco más... Incluso hay playas en donde ya se ha prohibido... Que es un mal hábito es innegable, pero también lo es comer bollería industrial. "Sí, pero comiendo un cuerno de chocolate sólo te perjudicas tú", me dirán. Bueno, ¿y a quién perjudican fumando en las inmediaciones de un colegio? ¿Prohibirán también el tráfico rodado?

Por cierto, no fumo.
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4 comentarios

  1. ¿sin molestar a nadie? Una tarde de este verano estaba en una terraza de una heladería con unos amigos. Ninguno fumamos, pero en la mesa de al lado si que había dos personas fumando. Como a sus compañeros de mesa les molestaba el humo lo echaban... hacia nosotros.

    Al final, además de amargarnos el helado, tuvimos que acabar largándonos a otro sitio, hartos de tragarnos el humo de los demás.

    A mi me parece estupendo que cada uno fume lo que quiera y se mate como quiera, pero que nos dejen en paz a los demás.

    Lo que se prohíbe no es fumar es ahumar a los que hay alrededor.

    Esas comparaciones que haces son pura demagogia. Comiendo bollería industrial no obligas a los demás a que también la coman, y el trafico tiene una utilidad de la que no podemos prescindir, pero en cuanto los eléctricos sean una realidad, también se deberán empezar a prohibir los humos de los coches.

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  2. Bueno, en realidad no diría tanto que mi argumentación es demagogia como que son ejemplos forzados... pero como el tuyo de la heladería porque, desde luego, si en una terraza de un bar molesta el humo, no es por el hecho en sí de fumar, sino por la mala educación de quien lo hace. No podemos esperar que la ley supla la mala educación. Para eso hay otros métodos.

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  3. Pero es que precisamente la prohibición de fumar es para suplir la mala educación. No seria necesario prohibir nada si el fumador tuviese educación y respeto por los que le rodean, pero cuando ves como alguien se fuma un puro en el restaurante porque el ya ha terminado de comer y le da lo mismo la gente que le rodea, pues lamentablemente hay que suplirlo con leyes...

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  4. ¿Excesivo prohibirlo cerca de parques infantiles, colegios y hospitales? Yo diría todo lo contrario. No es sólo una cuestión de educación. He estado una semana en Suecia, y no te confundas, los suecos, por muy educados, fuman mucho y en todos los sitios en los que la ley lo permite: Principalmente las terrazas y en sus coches (Ya han aprendido, por lo menos, que fumar en casa no es recomendable, sobre todo cuando la habitan niños). En muchas de las terrazas, como indica el artículo, se han incorporado toldos y estufas para que se conviertan 'casi' en un espacio interior. No digo que esto sea precisamente un problema en Suecia donde el clima es inestable y el aire limpio, pero sí sería un problema en España, y aún más en Madrid, ciudad con poco viento y con calor durante gran parte del año y en el que difícilmente el humo se dispersa.

    De todas formas, la educación sí es un factor importante, y mientras el impacto de tener a alguien fumando a un metro de distancia no es lo mismo que estar en la misma mesa con 10 fumadores, y por mucho que se diga el contrario, la mayoría de las veces por las convenciones y protocolos sociales que están vigentes, los no fumadores no se atreven a pedir a los otros comensales que apaguen el cigarro. Y según mi concepción de la libertad, si las convenciones no protegen la libertad de algunos (en este caso los no fumadores, y especialmente los alérgicos al humo de tabaco), el estado tiene la obligación de legislar. Y ya está demostrado que los fumadores siempre encontrarán un lugar para practicar su insalubre hábito. Lo demás es marear la perdiz.

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