África: el olvido de ida y ¿vuelta?

Hoy se producirá un nuevo encuentro entre Marruecos y la Unión Europea (UE) para analizar la situación de Derechos Humanos en el Sáhara Occidental... y, como carta de presentación de Marruecos para esa reunión, la expulsión ayer mismo de activistas canarios a los que impideron desembarcar en el puerto de El Aaiún. Tan sólo unos días antes, sucedía lo mismo con dos abogadas españolas -una de ellas, Inés Miranda, la abogada de Aminatou Haidar.

Y, ¡oh sorpresa!, como viene siendo habitual cuando la dictadura de Mohamed VI está molesta con España, comienzan a llegar desde sus costas pateras con inmigrantes, desfallecidos, al borde de la muerte, para recordarnos que ellos frenan -me da miedo pensar cómo- la inmigración a Europa por la vía africana.

De todo esto, no hay ni una gran cobertura ni mucho menos un profundo análisis en la prensa. Ya no es noticia. Y es una pena, pero tampoco sorprende que el primer diario de información, El País, presuma de ser quien publica todos los cables de Wikileaks y, cuando uno acude a su sección de Internacional, ve con asombro cómo África no se encuentra entre sus zonas destacadas de cobertura. Se ocupa de América Latina, Europa, Estados Unidos y Oriente Próximo, pero ni rastro de África, en dónde ni siquiera tiene corresponsales.

Y sorprende, porque África no sólo reúne a un buen cúmulo de economías emergentes sino que, además, pueden representar la llave para la salvación de buena parte de los países desarrollados. Interesante es el artículo de Foreign Policy en el que se exponen diez hechos y tendencias que pasaron inadvertidos este año, pero que quizá encabecen los titulares en 2011. Uno de ellos relata cómo África se nucleariza, cómo el continente reúne alrededor del 18% del uranio recuperable del mundo. Nigeria, Níger, Suráfrica o Senegal pronto tendrán su propia industria nuclear. Esto es sólo un buen ejemplo de la potencialidad del continente y de su poder, como ya quedó patente en el fiasco de la Cumbre del Clima de Copenhague.


Hay muchas más noticias que tienen -o tendrán- efectos directos en nuestras economías y que ahora los medios no saben quieren recoger. Se quedan en proyectos puntuales como el proyecto tecnológico que se acaba de desarrollar en Kigali y que dará lugar a documentar con pelos y señales el genocidio de Ruanda.
Nos estamos olvidando demasiado de África. La pregunta es, ¿se olvidarán ellos de nosotros cuando les necesitamos?
Next Post Previous Post

Sin comentarios