¿Qué mandato de la ONU salvará a Libia de la Comunidad Internacional?
La foto de familia de los participantes en la Cumbre de Londres de la coalición internacional recuerda a un velatorio: todo el mundo debería estar serio pero hasta se cuentan chistes. Demasiada cara sonriente para haber tratado un tema tan espinoso como la guerra de Libia. Y hoy, sorprende que algunos medios destaquen que EEUU y Europa no descartan nutrir con armas a los grupos rebeldes. ¿Dónde está la noticia? El 28 de febrero, Hillary Clinton ya sugirió esa posibilidad, ofreciéndola de hecho abiertamente. Entonces, algunos lo consideraban buena idea; hoy, a estas alturas de la película, muchos creen que es imprescindible para que los rebeldes derroquen definitivamente a Gadafi.
Sea como fuere, nos enfrentamos ahora a un nuevo escenario, al menos desde la óptica de la ONU. Me explico: hace ya varios días cuestionaba el post de la exclusión aérea y, entonces, me preguntaba qué pasaría después del bombardeo. Ya hemos superado la frontera de los diez días y ha llegado ese momento.
El lunes pasado, el mismo Obama justificaba la guerra de Libia por motivos humanitarios, asegurando haber salvado miles de vidas. Y a pesar de que Occidente haya contribuido a todas esas muertes -no sólo con las armas de procedencia occidental, sino con las políticas previas de apoyo a Gadafi-, tiene razón. En esa línea iba el mandato de la ONU para aprobar la intervención internacional. Pero entonces, ¿deben seguir los bombardeos? ¿Se está superando el mandato de la resolución de la ONU? Es evidente que sí.
Hablando en plata, la Comunidad Internacional y el propio Ban Ki-moon se pasan por el forro la resolución según se produzcan los acontecimientos. Si a principios de semana -cuando Obama sentó cátedra- Gadafi parecía que se batía en retirada y la Coalición vislumbraba un cese de los bombardeos, dos días más tarde la situación ha vivido un giro copernicano y la intervención se recrudecerá. Y ahí se juega con el mandato y, por supuesto, se transgrede.
Por otro lado, Obama aseguró en su discurso que "ampliar la misión militar para incluir un cambio de régimen sería un error" y ayer mismo en la reunión de Londres se ratificó que "Muamar el Gadafi y su régimen han perdido completamente su legitimidad y tendrán que rendir cuentas por sus acciones". Sin embargo, se le abre la puerta para su exilio por concluir que no puede seguir en el poder. Y se emprenderán acciones dirigido a ello. De nuevo, el mandato de la ONU al garete.
Y la pregunta es evidente: ¿por qué se tardó tanto en intervenir, escudándose en que había de llegarse a un acuerdo para estar bajo el amparo de la ONU, si luego se actúa sin respetarlo? Segunda pregunta: ¿sigue siendo esta guerra tan radicalmente opuesta a la de Iraq? Diría que no, que las acciones que se emprenden a partir de ahora ya no cuentan con el amparo de la ONU, al menos oficialmente -sin mandato- aunque la marioneta de Ban Ki-moon deambule por las reuniones internacionales como un pollo sin cabeza.
Y mientras, el país asolado, pidiendo a gritos intervención internacional, pero no sólo militar, sino humanitaria, a lo Plan Marshall, porque la pobreza se está cebando con todos esos que la guerra vino a salvar. Si la Comunidad Internacional no reacciona a tiempo, lo que Gadafi no masacró, lo habrá hecho la intervención militar. ¿Qué mandato de la ONU les salvará de eso?
Sea como fuere, nos enfrentamos ahora a un nuevo escenario, al menos desde la óptica de la ONU. Me explico: hace ya varios días cuestionaba el post de la exclusión aérea y, entonces, me preguntaba qué pasaría después del bombardeo. Ya hemos superado la frontera de los diez días y ha llegado ese momento.
El lunes pasado, el mismo Obama justificaba la guerra de Libia por motivos humanitarios, asegurando haber salvado miles de vidas. Y a pesar de que Occidente haya contribuido a todas esas muertes -no sólo con las armas de procedencia occidental, sino con las políticas previas de apoyo a Gadafi-, tiene razón. En esa línea iba el mandato de la ONU para aprobar la intervención internacional. Pero entonces, ¿deben seguir los bombardeos? ¿Se está superando el mandato de la resolución de la ONU? Es evidente que sí.
Hablando en plata, la Comunidad Internacional y el propio Ban Ki-moon se pasan por el forro la resolución según se produzcan los acontecimientos. Si a principios de semana -cuando Obama sentó cátedra- Gadafi parecía que se batía en retirada y la Coalición vislumbraba un cese de los bombardeos, dos días más tarde la situación ha vivido un giro copernicano y la intervención se recrudecerá. Y ahí se juega con el mandato y, por supuesto, se transgrede.
Por otro lado, Obama aseguró en su discurso que "ampliar la misión militar para incluir un cambio de régimen sería un error" y ayer mismo en la reunión de Londres se ratificó que "Muamar el Gadafi y su régimen han perdido completamente su legitimidad y tendrán que rendir cuentas por sus acciones". Sin embargo, se le abre la puerta para su exilio por concluir que no puede seguir en el poder. Y se emprenderán acciones dirigido a ello. De nuevo, el mandato de la ONU al garete.
Y la pregunta es evidente: ¿por qué se tardó tanto en intervenir, escudándose en que había de llegarse a un acuerdo para estar bajo el amparo de la ONU, si luego se actúa sin respetarlo? Segunda pregunta: ¿sigue siendo esta guerra tan radicalmente opuesta a la de Iraq? Diría que no, que las acciones que se emprenden a partir de ahora ya no cuentan con el amparo de la ONU, al menos oficialmente -sin mandato- aunque la marioneta de Ban Ki-moon deambule por las reuniones internacionales como un pollo sin cabeza.
Y mientras, el país asolado, pidiendo a gritos intervención internacional, pero no sólo militar, sino humanitaria, a lo Plan Marshall, porque la pobreza se está cebando con todos esos que la guerra vino a salvar. Si la Comunidad Internacional no reacciona a tiempo, lo que Gadafi no masacró, lo habrá hecho la intervención militar. ¿Qué mandato de la ONU les salvará de eso?
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