Siria o cómo hacer uso de las técnicas occidentales para aguantar en dictaduras orientales

Siria centra hoy buena parte de la mirada internacional porque tras varios días de severa represión por parte del Gobierno de Bashar Al Assad, éste ha dimitido según informa Al Yazira... O, lo que es lo mismo, ha entregado su dimisión a Al Assad, lo que necesariamente no implica que el presidente dimita. La violencia con la que las fuerzas del orden han arremetido esta semanas contra los manifestantes ha sido brutal y organizaciones como Aministía Internacional denuncian la muerte de 55 personas la semana pasada en la zona de Deraa y, sólo desde el pasado viernes, otras 37 en Damasco y otras localidades, como Al Tall, Latakia, Al Samamayn, Deraa y Homs. Abajo, un vídeo de mi buen amigo José Manuel, que él mismo grabó desde su hotel de Damasco el pasado fin de semana, en el que se puede ver a los manifestantes dirigiéndose a la plaza en la que se reunen. José Manuel nos confirma que dbnews es uno de los muchos blogs censurados en Siria.

Y, sin embargo, las informaciones de última hora hablan de decenas de miles de sirios en concentraciones a favor de Bashar al Assad. ¿Qué está sucediendo? ¿Existe tanta atomización en el pueblo sirio? En realidad no, lo que sucede es que Al Assad es un tipo mucho más refinado y astuto que el tosco Gadafi. Al Assad es un islamista de corte Occidental y eso, en realidad, le hace más peligroso. Su última estrategia ha sido, según nos llegan informaciones, obligar a empleados y miembros de los sindicatos controlados por su partido a asistir a estas representaciones, a estos 'teatrillos' de apoyo que unos cifran en decenas de miles y las fuentes oficiales en "millones". De hecho, la televisión estatal siria no ha tenido nigún reparo en mostrar a estos manifestantes gritando "Dios, Siria, Bashar" y sus pancartas que rezan "Breaking News: la conspiración ha fracasado".

Técnicas occidentales para dictaduras orientales. Quizás por eso, Occidente tiene un doble rasero a la hora de valorar los muertos asesinados en Libia y en Siria. Quizás por eso, tenemos que esperar a otros 20.000 muertos como los de la matanza de Hama, ordenada por Hafez Asad 1982 -y por la que muchos suníes (el 75% de la población) tienen ganas de ajustar cuentas con los alauíes. O quizás no, porque Al Assad es más listo que su padre, más acorde a la época actual de crueldad controlada, graduada para no sobrepasar el termómetro de EEUU que es, a fin de cuentas, quien marca el paso en las Relaciones Internacionales.

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