La ONU pisotea su carta fundacional

"Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religion". Este es el tercer propósito marcado en la Carta Fundacional de la ONU. Carta que ayer volvió a convertirse en papel mojado después de que la ONU anunciara que la MINURSO no velará por el respeto a los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental. Y ello, a pesar de que el propio Alto Comisionado para los Derechos Humanos así lo recomendaba... o que los informes de ONGs como Human Rights Watch se sucedan, denunciando la violación sistemática de los DDHH en Marruecos y el Sáhara Occidental.

Esta resolución pone al pueblo saharaui contra las cuerdas y, lógicamente, encumbra aún más a una dictadura amiga, como la de Mohamed VI, que se ha apresurado a emitir un comunicado mostrando su satisfacción. En él podemos leer cosas como "tratándose precisamente de los derechos humanos, el enfoque serio y responsable predicado por Marruecos prevaleció, mientras la gestión de instrumentalización adoptada por las otras partes fue rechazada". Cinismo en estado puro.

Y el Gobierno español, ¿cómo se posiciona? Pues del lado del dinero, puesto que hoy mismo se espera dar un impulso a las relaciones comerciales España-Marruecos -hay más de 800 empresas españolas en Marruecos- y para eso, es impensable poner los Derechos Humanos (DDHH) encima de la mesa. Si uno lee el Plan África 2009-2012 del Gobierno de España podrá comprobar que tampoco ahí tienen cabida los DDHH en el Sáhara Occidental -ni siquiera se mencionan-... claro, que en ese mismo Plan, España impulsaba en Libia la celebración de la tercera Cumbre UE-África del año pasado. Parece ser que no se aprende de los errores.

El Gobierno de Mohamed VI, que habla de una "de una integración magrebí deseada y deseable a todos los niveles" -que cada uno haga su lectura-, subraya la importancia de que el Alto Comisionado para los Refugiados realice el censo de las poblaciones de los campos de Tinduf. Sin embargo, estos censos no persiguen la celebración del esperado referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui, pues Marruecos continúa dando una sola opción: la autonomía bajo la soberanía marroquí. De hecho, esos censos han sido usados alguna que otra vez como auténticos listados para la tortura por parte de Marruecos.

Y entonces, uno se plantea si los campos de refugiados de Tinduf han sido una buena idea. Con 35 años de existencia a sus espaldas, estos campamentos han congelado en cierto modo el conflicto. Lógicamente, también han evitado un baño de sangre, pues no olvidemos que su origen se remonta a la guerra que tuvo lugar contra Marruecos, que obligó a la población saharaui a adentrarse en el desierto argelino para no morir. En lugar de eso, la agonía se sucede por más de 30 años y, a pesar de que el Frente Polisario hace todo lo posible por impulsar la resolución pacífica del conflicto en el contexto de la Comunidad Internacional, resoluciones como la de ayer de la ONU muestran que la realidad es que el pueblo saharaui no importa. ¿Por qué? Porque no molesta, porque no crea conflicto en mitad del desierto más duro del mundo.

Resulta sencillo decirlo sentado aquí, delante del ordenador, pero quizás ha llegado la hora de molestar. Quizás ha llegado el momento de volver a casa, de invadir pacíficamente los territorios que ocupó Marruecos ilegalmente y poner en evidencia a Mohamed VI. Su respuesta, presumiblemente, sería violenta. Habría saharauis muertos, torturados, y tan sólo por haber regresado a casa; sería como un desmantelamiento del Campamento Dignidad a gran escala, pero con los ojos de la Comunidad Internacional encima, justo ahora con las revueltas democráticas del mundo árabe. Como digo, es sencillo decirlo desde aquí, pero quizá esa sea la última baza que tiene el pueblo saharaui antes de tomar la vía bélica. La Comunidad Internacional, la ONU y su potencia administradora, es decir, España, no le hemos dejado más opción.
Sáhara libre.
Next Post Previous Post

Sin comentarios