El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, parece haberse
marcado el objetivo de recuperar valores y acciones pretéritos, no sólo
en su área de competencia, Interior, sino más allá de las fronteras
españolas. Si cuestionables eran sus “forzamientos del ordenamiento jurídico”
para retener a activistas de los movimientos sociales o su reforma del
Código Penal, que prácticamente eleva a la categoría de terrorista al
manifestante que haga una sentada pacífica, ahora arremete en política
internacional con el conflicto de Gibraltar.
La semana que viene se reúnen los ministros de Asuntos Exteriores
español y británico. Abordarán, sin duda alguna, la cuestión de
Gibraltar. Fernández Díaz, en lugar de aguardar a entonces, lanzó ayer
duras e irreflexivas declaraciones advirtiendo que “España no va a aceptar humillaciones ni intimidaciones”, declaraciones que hoy recoge toda la prensa británica.
Seguir leyendo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario