Pacientes somos todos
Pacientes somos todos, desde los maestros a los conductores de
autobús, desde los parados a los políticos, desde las enfermeras a los
médicos. Todos. Sin embargo, el modo de gobernar del PP indica lo
contrario, pacientes no somos todos, unos por descarte, porque se les
niega el derecho a la Sanidad y otros, en cambio, porque se autoexcluyen
con la autosuficiencia y la soberbia de poderse costear una Sanidad
privada. Pacientes somos todos y los médicos, anunciando huelga
indefinida para finales de este mes lo vuelven a demostrar, marcando,
quizás, un punto de inflexión si el apoyo de la ciudadanía no mengua.
Para entender este fenómeno no hay más que mirar a quienes conciben y ejecutan estas políticas. En pleno desmantelamiento de la Sanidad pública madrileña, tomemos a su consejero Javier Fernández-Lasquetty y Blanc, cristiano de pro, criado en el elitista barrio de Salamanca de Madrid, cuyas Nuevas Generaciones de la entonces Alianza Popular llegó a presidir. El niño bien de apellido sospechosamente compuesto ya militaba en las filas del PP con sólo 16 años, se convirtió primero en el alumno aventajado de Esperanza Aguirre, de la que fue jefe de gabinete cuando ésta era ministra de Cultura, y años después de Aznar, para el que fue secretario general de su queridísima FAES.
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Para entender este fenómeno no hay más que mirar a quienes conciben y ejecutan estas políticas. En pleno desmantelamiento de la Sanidad pública madrileña, tomemos a su consejero Javier Fernández-Lasquetty y Blanc, cristiano de pro, criado en el elitista barrio de Salamanca de Madrid, cuyas Nuevas Generaciones de la entonces Alianza Popular llegó a presidir. El niño bien de apellido sospechosamente compuesto ya militaba en las filas del PP con sólo 16 años, se convirtió primero en el alumno aventajado de Esperanza Aguirre, de la que fue jefe de gabinete cuando ésta era ministra de Cultura, y años después de Aznar, para el que fue secretario general de su queridísima FAES.
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