Lo que dice Wert va a misa

Jaime García (ABC)
Wert vuelve a las andadas. El nuevo texto de su reforma educativa incluye "mejoras" que volverán a hacer al ministro trending topic hoy en Twitter; entre ellas, la más sonada, el regreso a la doctrina de Aznar de obligar al estudiantes a estudiar o Religión (Católica) o Valores Culturales y Sociales y ser evaluado por ello. Como buen opusino, Wert hace un nuevo guiño a la Iglesia Católica, alejándose una vez más de lo marcado en la Constitución que nos declara como Estado aconfesional y planteando posibles discriminaciones quienes profesen una religión que no sea la católica. ¿O acaso habrá clases de otras confesiones para que se pueda ejercer ese derecho recogido con su reforma a estudiar religión -y ser evaluado por ello-? A dos días, por cierto, del aniversario de la pisoteada Constitución, que cada día se convierte más en papel mojado.

Con este planteamiento, ni siquiera la Educacion para la Ciudadanía que Wert adaptó a su gusto tiene cabida y ha sido eliminada. A pesar de la frontal oposición del grueso de la comunidad educativa -o sea, los expertos- a las reválidas, éstas serán obligatorias, al igual que los ránkings de centros. En ambos casos, pero sobre todo el segundo, se inculcará a nuestros pequeños valores como la competitividad más que la solidaridad, convirtiendo en cierto modo a su compañero en enemigo. Capitalismo en vena, vaya, a pesar de estar sufriendo las consecuencias de ello en esta crisis. El problema pasa porque gente como Wert y quienes impulsan esta reforma no lo padecen, sino que se benefician, perpetuando sino mejorando notablemente sus privilegios sobre el resto.
Además, Wert no sólo mantiene sino que extiende uno de los peores cánceres de nuestro sistema: la educación concertada, cuya duración mínima pasa de cuatro a seis años en primaria y y de cuatro años, dos más que en la actualidad, en el resto de los casos. ¿Por qué no extender de una vez por todas, una red de centros públicos y dejar de beneficiar a la educación privada? La respuesta es obvia, claro -ellos son todo lo huela a privado-, pero la concertada supone una vía más de deterioro a nuestra Educación.

Como guinda del pastel y la prueba irrefutable de que lo que dice Wert va a misa, el modo en que el ministro lleva el proceso es más que cuestionable, puesto que el documento a discutir en la reunión de ayer ni siquiera se envió a los consejeros de Educación con un día de antelación, apenas unas horas antes de la Conferencia Sectorial. Habrá mas huelgas, seguro, y esperemos que sean de padres y estudiantes, conscientes del mal que esta reforma les hace. Los profesores no pueden prolongar por más tiempo los recortes de sus sueldos, sobre todo considerando que, en muchos de los casos y con cais seis millones de parados -reforma laboral de Rajoy mediante-, la suya es la única fuente de ingresos de sus hogares.
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