Drones, la nueva pantomima de la ONU

(General Atomics)
Amanecemos hoy con lo que para muchos será una buena noticia: La ONU por fin investigará el uso de drones por parte de EEUU, Reino Unido e Israel. Al organismo internacional cuya razón de ser es preservar la paz mundial, sólo le ha costado más de 3.000 muertos, cientos de ellas de civiles inocentes incluidos mujeres y niños. Ni siquiera las continuas denuncias de ONGs internacionales han servido para que las Naciones Unidas cumpla con el cometido para el que fueron creadas. Y con todo, cualquiera que conozca mínimamente el asunto no espera nada positivo de este anuncio.

La medida, como tantas otras, no es más que pura cosmética. Ya antes el propio Ban Ki-moon había expresado su preocupación por la sistemática violación del espacio nacional de Pakistán por EEUU y no se hizo nada. La ONU quedó impasible a pesar de conocer de primera mano que las técnicas de asesinatos seguida por EEUU no era en absoluto selectiva, llegando a bombardear un funeral para matar a un terrorista talibán que finalmente escapó, dejando tras de sí la muerte de 83 personas, de ellos se estima que entre 18 y 45 eran civiles.

La impunidad de EEUU es tal que Obama fue Premio Nobel a pesar de que sobre sus espaldas, sólo en su primera legislatura, se produjeron hasta seis veces más ataques que en los ocho años de Administración Bush, matando a más de 2.500 personas. Por si ésto no fuera poco, a finales del año pasado, EEUU anunciaba una especie de manual de buenas prácticas para el uso de drones. La pregunta es obvia: ¿si no existía este manual hasta entonces, ¿qué criterios se seguían para cometer estos asesinatos de consola? La propia Aministía Internacional denunció los hechos muy recientemente.

Mirando los antecedentes, no hay muchos motivos para la esperanza, para pensar que el todopoderoso EEUU, mandamás del Consejo de Seguridad de la ONU, vaya a cesar en sus ataques sin juicio previo, incluso en regiones donde no hay conflicto bélico. Y la Comunidad Internacional mantendrá el silencio, cómplice y al mismo tiempo súbdita este neoimperialismo estadounidense.
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