¿Dónde está ahora EEUU tras el veto ruso?
EEUU ansía aislar a Rusia. Ha quedado muy lejos aquella promesa de
Bush (padre) a Gorvachov de no mover ni un milímetro al este los límites
de la OTAN. Clinton abrió la veda en 1997 con nuevos aliados como
Hungría, Polonia o la República Checa. Siete años más tarde se sumaban
los antiguos países satélites soviéticos (Lituania, Letonia y Estonia) y
ya en 2009 les seguían Croacia y Albania. La continuación del muro ruso de la OTAN tiene ahora como objetivo las antiguas repúblicas soviéticas y Ucrania juega un papel protagonista en esta geoestrategia.
Como viene siendo habitual, el rol de la Unión Europea (UE) en esta coyuntura es el de palmero de Obama. Así, la UE no dudó, incluso, en apoyar a grupos neonazis para derrocar al anterior gobierno ucraniano, que había sido democráticamente elegido. Posteriormente, tampoco se dudó desde Bruselas en secundar la sanciones económicas a Rusia. Todo sea por estar al lado del amigo estadounidense.
Ahora Putin mueve ficha e impone un veto a las importaciones de bienes perecederos procedentes de mercados como el de la UE y EEUU. Desde Washington califican el impacto de esta medida como "insignificante". Una insignificancia que para el mercado estadounidense supone una pérdida de unos 813 millones de euros. Tienen razón: esa cifra es insignificante comparada con los más de 5.700 millones de euros de pérdidas que el veto supone para la UE.
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Como viene siendo habitual, el rol de la Unión Europea (UE) en esta coyuntura es el de palmero de Obama. Así, la UE no dudó, incluso, en apoyar a grupos neonazis para derrocar al anterior gobierno ucraniano, que había sido democráticamente elegido. Posteriormente, tampoco se dudó desde Bruselas en secundar la sanciones económicas a Rusia. Todo sea por estar al lado del amigo estadounidense.
Ahora Putin mueve ficha e impone un veto a las importaciones de bienes perecederos procedentes de mercados como el de la UE y EEUU. Desde Washington califican el impacto de esta medida como "insignificante". Una insignificancia que para el mercado estadounidense supone una pérdida de unos 813 millones de euros. Tienen razón: esa cifra es insignificante comparada con los más de 5.700 millones de euros de pérdidas que el veto supone para la UE.
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