Desvergüenza emérita

Juan Carlos I lo ha vuelto a hacer: ha recurrido a su privilegio de inmunidad para esquivar la acción de la Justicia. Si en España consiguió esquivar la condena, no por su inocencia, sino por esa prebenda otorgada a un cargo que le concedió un dictador, ahora hace lo mismo en Reino Unido, manchando con ello la institución de la Monarquía española que, con su silencio, aún se hunde más en el pozo de la vergüenza.

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