Kilómetros de Medusa digital

 Medusa Submarine Cable System

El cable submarino Medusa conectará tres continentes a través del Océano Atlántico y los mares Mediterráneo y Rojo. Parte de Lisboa (Portugal) y llegará a Puerto Saíd (Egipto) para adentrarse después tierra adentro por Egipto y Jordania. Este mismo año entrará en servicio en el Mediterráneo occidental, siendo el año que viene cuando lo haga en el Mediterráneo oriental. Medusa se ha convertido en un elemento esencial para la creación de un corredor digital de alta velocidad, contando con dos conexiones en España, concretamente en Zahara de los Atunes (Cádiz) y Manilva (Málaga).

Medusa Submarine Cable System (MSCS) nació en 2020 en Barcelona auspiciada por el operador africano de infraestructura y telecomunicaciones AFR-IX Telecom. Respaldado con una fuerte inversión europea -incluida financiación a través del Banco Europeo de Inversiones-, Medusa se extiende a lo largo de 8.760 km de longitud y cuenta con segmentos de hasta 24 pares de fibra con una capacidad de transmisión de 20 Tb por par. Las capacidades de conectividad que ofrece pueden jugar un papel esencial para reducir la brecha digital existente entre Europa y el norte de África. Países como Marruecos, Túnez, Libia, Argelia o Egipto se conectará vía fibra óptica de alta capacidad con Portugal, España, Francia, Italia, Grecia y Chipre.

El sistema de Medusa proporciona un acceso abierto, de manera que los operadores de telecomunicaciones de las diferentes regiones puedan acceder a servicios de conectividad avanzados. En pleno despliegue del 5G, de los modelos de computación basados en la nube (cloud computing) y de aprovechamiento de la Inteligencia Artificial (IA), Nokia es uno de los últimos actores en subirse a este proyecto, aportando tecnología con la que es posible transmitir decenas de terabits por segundo por par de fibra a una muy baja latencia y, no menos importante, con mayor eficiencia energética por bit transmitido.

Miguel Ángel Acero, director de Tecnología y fundador de Medusa Submarine Cable System, apuntaba recientemente que la incorporación de Nokia permitirá ofrecer “una conectividad más rápida y fiable a un menor coste, con la flexibilidad de escalar según evolucionen las necesidades”. A finales este año se prevé que el cable submarino llegue a la ciudad egipcia de Puerto Saíd, conectándose a las estaciones de Suez, Zafarana y Ras Ghareb en el Mar Rojo a través de la extensa red terrestre de Telecom Egypt.

Medusa no se queda en el Mar Mediterráneo o el Mar Rojo y, de hecho, el pasado mes de marzo, la Comisión Europea, a través de su programa digital Connecting Europe Facility (CEF Digital), decidió conceder una financiación a Medusa por importe de 14,3 millones de euros. Según expone AFR-IX Telecom, estos fondos contribuirán a conectar la puerta de enlace de datos del sur de Europa con el África Atlántica. El objetivo es realizar los pertinentes estudios marinos desde una unidad de ramificación dedicada a la República Democrática del Congo (RDC) para examinar posibles rutas secundarias a lo largo de la costa occidental africana del Océano Atlántico y evaluar la viabilidad de desplegar un subsistema de conectividad africana dedicado dentro de la red Medusa.

En una reciente publicación del analista Xabier Ruiz de Ocenda del Center for Global Affairs & Strategic Studies (GASS), perteneciente a la Universidad de Navarra, se señala que, según el Banco Mundial, “la implementación de infraestructura digital tiene un impacto claro en el crecimiento económico de África, estimado en un crecimiento del PIB de hasta un 1,5% por cada 10% de incremento en la penetración de internet de alta velocidad. Más allá del crecimiento económico, los beneficios para África, si se aprovecha adecuadamente el proyecto y el Norte Global no cae una vez más en el neocolonialismo que esquilma África, se extienden a ámbitos como la educación o la sanidad, abriendo la puerta a la formación en línea, la telemedicina y el intercambio seguro de datos clínicos que puede agilizar los diagnósticos.  

Tal y como destaca en su análisis Ruiz de Ocenda, el que fuera en 2024 presidente del Banco Africano de Desarrollo, Akinwumi Adesina, afirmó que la conectividad digital y la creación de cables submarinos permitirán que África participe de forma más activa en la economía digital global, diversificando así sus fuentes de ingresos y fortaleciendo sus economías.

Sin embargo, no debiera obviarse que el interés de Europa en el despliegue de Medusa trasciende al desarrollo de África. Se trata también de una apuesta estratégica para competir con países como China, que en los últimos años se ha convertido, probablemente, en el actor extranjero más relevante en África en lo que a construcción de infraestructuras se refiere. Sería ingenuo pensar que la Unión Europea no ansía ser visto por los diferentes países norteafricanos como un socio tecnológico de primer nivel.

(Artículo en Público

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