La desfachatez de Mohamed VI

El avión fletado por el Rey de Marruecos, Mohamed VI, para recoger los restos mortales de Rayán, el bebé de la primera mujer fallecida en España por Gripe A, llegará hoy a la Base Aérea de Getafe, en aproximadamente un par de horas. Había pensado no escribir nada acerca de este tema, porque ya he leído y escuchado bastante -y para todos los gustos-, hasta que ayer escuché unas declaraciones del presidente de la Cámara de Comercio de Madrid, Salvador Santos Campano.

Santos Campano, que si por algo se ha caracterizado durante su gestión es por no tener pelos en la lengua, calificó de "maniobra política" el envío de este avión. Y, ¿saben qué? No puede estar más de acuerdo. Mohamed VI no es precisamente santo de mi devoción, pero creo que con esta acción ha rizado el rizo. "Habría que preguntar por qué no manda a esos inmigrantes que vienen en las pateras y han muerto a recogerles con avión", señaló el presidente de la Cámara.

¿Qué ha respondido la Embajada de Marruecos? Que no busca protagonismo porque "es un momento de dolor", y lo único que espera es "apoyar a la familia en lo que necesite y respetar su dolor".

Claro, que los inmigrantes que llegan en patera lo hacen brindando con champán, con serpentinas y matasuegras... ¿cómo se puede tener esta desfachatez? Y, por favor, no mezclemos cosas: que una es que el fallecimiento tanto de Dalilah y su bebé sea una auténtica tragedia y sea imperativo depurar responsabilidades más allá de la enfermera que equivocó las vías, y otra muy distinta que Mohamed VI haga de esto una cuestión política para tratar de ganarse el favor de sus súbditos.

Los mismos súbditos con una mortalidad materna de 220 cada 100.000 nacidos vivos; con un 11% de los nacimientos por debajo del peso normal, 2500 gr; con un 9% de malnutrición infantil en menores de 5 años; con desnutrición en el 7 % del total de población; con 48 médicos por cada 100.000 habitantes; con miles de refugiados en los campamentos saharauis...
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