El cortoplacismo de las redadas

A principios de año saltaba la denuncia en Madrid: La Policía Nacional tenía cupos semanales de inmigrantes detenidos por situación irregular. El asunto, denunciado entonces por los propios sindicatos de la policía, era un auténtico disparate, con notas en el documento como "Marruecos, prioritario (Se expulsan porque la mayoría del traslado se hace por carretera y se documentan bien. Bolivia, no se expulsan en la actualidad. Capacidad de plazas en vuelo, limitadas)". Un vergüenza.

Ahora, son cuatro asociaciones de inmigrantes la que denuncian el incremento de redadas en busca de 'sin papeles', en bocas de metro, locutorios, restaurantes y discotecas frecuentadas por inmigrantes. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, niega estas prácticas.

Y lo preocupante no es sólo que las Fuerzas de Seguridad emprendan este tipo de acciones, sino que, además, la xenofobia que se respira en los fotos y comentarios al respecto en la Red. Si uno lee los comentarios de Público, donde apareció la noticia, se sorprende de leer frases como "Para eso esta la Ley de Extrangeria: para hacerse cumplir. Por que en vuestros paises de origen estais todos tan callados a la hora de exigir derechos" (disculpen las faltas ortográficas, es otro rasgo de la incultura del sujeto en cuestión).

Otros hilan mas fino: "yo ya no veo españoles por la calle, debe ser que sufro una enfermedad... por qué no nos dicen cuantos parados inmigrantes hay de esos 4 millones y los que están en economía sumergida¿?". Pues aunque la reflexión está mal enfocada, ha dado en una de las raíces del problema. La economía sumergida, pero en lugar de buscar al inmigrante, busquemos al empresario. Buscar al inmigrante es ser cortoplacista, significa no buscar uno de los orígenes del problema. En lugar de hacer redadas en bocas de metro y locutorios, que se incrementen las inspecciones de trabajo, que se dé caza a los ricos españolitos empresarios que explotan a los inmigrantes sin papeles. Ese sería un buen comienzo.

Lo paradójico del tema es que muchos de estos explotadores son los mismos que luego, con sus amigotes en el bar, critican la inmigración al tiempo que presumenn de la última dominicana que se llevaron a casa, "pero ojo, que se te meten en la cama y cuando te quieres dar cuenta te ha metido también a su madre, a su hijo y a su hermano" (cita textual escuchada recientemente). En fin...
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