El 15M y su gancho de izquierda

Qué distinto es estar en la oposición y en el Gobierno. No hay más que verlo en los rostros de Saénz de Santamaría, encargada de ir apagando los fuegos de sus ministros nerviosos, o del propio Rajoy. Con todo, la mayor diferencia entre oposición y Gobierno se percibe en los hechos, en las acciones. Si en 2009 veíamos a Rajoy reuniéndose con Manuel Romero, el autónomo que realizó una marcha desde Chiclana hasta Madrid para denunciar la situación que vive este colectivo, hace unos días ni siquiera la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, tuvo el buen gesto de recibir a Ángel Catalán, el parado que marchó desde Asturias a Madrid como reivindicación de su derecho a trabajar: como acto simbólico entregó su currículum.


"Veo bastante pasividad entre los parados", se lamentaba Catalán. Y tiene razón. Las mismas palabras que hace una semana me decía otro amigo sevillano, parado, sin casa, con dos niños que en algunos momentos no ve salida. Falta movilización. Hemos arrancado el año flojos, sin fuerzas; es un hecho. Aunque de vez en cuando se entrevean destellos de esperanza y uno descubra con asombro -y felicidad- un hilo interminable de mensajes de colaboración entre los miembros surgidos por las asambleas de barrios del 15-M en un pueblo pequeño como Colmenajero (Madrid). El trabajo de abajo a arriba está dando sus frutos, despacio y con buena letra. Ese trabajo que no siempre sale en los medios pero que es esencial para que no se pierda la conciencia social.

Pero es cierto, tienen razón tanto Catalán como mi querido amigo sevillano, en que hace falta más. Mientras continúa el trabajo de abajo hacia arriba, es necesario golpear de vez en cuando directamente arriba. Un buen gancho de izquierda... ustedes ya me entienden. Porque estamos a las puertas de una reforma laboral que no traerá empleo y de una ley del emprendedor que, dejándolos fuera del convenio buscar crear mini-empresarios sin escrúpulos para con sus trabajadores.

Así que no desfallezca, rebélese y salga a la calle. Proteste. No espere a ser parado para hacerlo. Contribuya al movimiento que inspiró el Occupy Wall Street o al Occupy London. Yo mismo he sido testigo en Londres de cómo los acampados en St. Paul's tienen como ídolos a los españoles; la movilización por todo el país, con la Puerta del Sol como emblema, es su guía. Así que insuflemos nuevos aires al movimiento, con un frente común, dando al poder y los poderosos donde más duele. Ya se hizo en 2011 y el poder tuvo que recurrir a la fuerza... y eso, no dió al movimiento más que mayor legitimidad y vigor. 2012 es el año de la

RE-VO-LU-CIÓN
Next Post Previous Post

1 comentario

  1. Movilizacion y mas Movilizacion,es nuestra herramienta,para concienciar y reivindicar.

    ResponderEliminar