¿Para quién gobierna Rajoy?

Mariano Rajoy junto al primer ministro irlandés Enda Kenny (Moncloa)
Tras conocerse el demoledor dato de más de 6,2 millones de parados, Esperanza Aguirre aseguraba que España está "el doble de mejor que la última vez" que tuvo una crisis. El viernes, tras el Consejo de Ministros en el que se aprobaron medidas adicionales de austeridad que asfixiarán todavía más a los ciudadanos, Mariano Rajoy ni siquiera se dignó a comparecer ante un país decepcionado con su Gobierno y ayer, en su primera aparición (junto al primer ministro irlandés) aseguró que "ya sé que la gente no lo ve, pero ha habido avances y estamos mejor que antes". ¿Para quién gobierna Rajoy?

Se mire desde el punto de vista que se mire y tras más de 15 meses de gobierno del PP, es imposible asegura desde la objetividad que España está mejor que al inicio de la legislatura. Con un desahucio (ilegal, según la UE) cada 15 minutos, 2 millones de hogares con todos sus miembros parados, pensionistas que no se pueden pagar sus medicamentos, estudiantes que no pueden terminar sus carreras por no poder afrontar sus matrículas, un repunte sin igual de las corrupción política que salpica, incluso, a la Corona, con la explotación laboral al alza y la Sanidad pública privatizada, ¿qué ha mejorado?

En realidad, indicadores económicos que han mejorado, como las exportaciones (es de lo que más presumen) lo han hecho a costa del trabajador. Desde el ministerio de Economía se habla con orgullo de una mejora de la competitividad, pero ésta se ha dado porque se producen más bienes con menos manos de obra que, además, cobra mucho menos. Dicho de otro modo, que el empresario gana más, paga menos impuestos, se la brinda la oportunidad de blanquear su dinero negro con una amnistía fiscal y, mientras, el trabajador es coaccionado laboralmente al auspicio de una reforma por decretazo.

Así las cosas, las palabras tanto de Rajoy como de Aguirre sólo pueden tener un destinatario: la élite económica que sí está sacando tajada de esta crisis estafa, a pesar de haber sido la principal causante de ella. No es la ciudadanía la que ha mejorado un ápice su situación en los últimos meses; más bien al contrario. Y en algún momento este pueblo habrá de reclamar lo que le pertenece, habrá de dejar de consentir que un Gobierno traicione todo por lo que fue elegido y, por tanto, no esté cumpliendo con su deber y esté imponiendo unilateralmente todas y cada una de sus decisiones.

Eso tiene un nombre y es radicalmente opuesto a lo que significa Democracia.
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